La noche es la mitad de la vida, y la mitad mejor. Goethe



viernes, 27 de mayo de 2011

A GOLPE DE TECLA

Por azar, trasteando en blogs amigos, me he encontrado con un hallazgo valioso y entrañable. Es un documento que no había tenido, hasta ahora, el placer de leer (más que leer diría saborear), aunque era conocedor de su existencia. Se trata de una publicación del profesor José Luis Comellas, editada en 1983 por la Asociación Astronómica Albireo de Sevilla y que se titula Observación de Estrellas Dobles por Aficionados.

Viendo sus páginas mecanografiadas, como se hacía antes, uno puede sin esfuerzo evocar al profesor Comellas quien, a golpe de tecla, en un mecánico repiqueteo, iría dejando el alma en cada frase. Sentencias que, en la modernidad en que vivimos, son capaces de desmoronar nuestra concepción presente y hacernos volver a la magia de la observación visual de estrellas dobles.  No quisiera pecar de excesivo sentimentalismo, pero desgranando sus páginas he percibido ese algo especial, ese no sé qué, que hacía años que no sentía. Su efecto nostálgico ha sido notable: rememorar viejas batallas, siempre ganadas -ahora me doy cuenta-, cara a cara con mi 114 mm, mi micrómetro de hilos casero y bajo un firmamento mucho más negro que el de hoy. Eran tiempos de ilusión, de continua admiración, de aprendizaje y de error, de tesón para desdoblar lo imposible, de lápiz y de cuaderno de observación, de luz roja de celofán, de mesa de camping oxidada -a modo de altar nocturno-, de termo de café y de borracheras de estrellas. Ordenador, CCD, Internet, eran vocablos aún no inventados, pues no existía nada que se pudiera designar con ellos. Todo se hacía a golpe de tecla, válgame aquí el símil, con pasión y por pasión; y, al igual que hacen los niños, explotando y alimentando a cada segundo nuestra capacidad innata de sorprendernos.
Esta obra de Comellas, junto a sus catálogos de estrellas dobles, constituyó el basamento para que nos dedicáramos a esta disciplina de la astronomía. Don José Luis y su forma tan especial de transmitir oficiaron de mediadores entre nosotros y las parejas de estrellas. Y ya no hubo vuelta atrás, fue un viaje sin retorno. Mil gracias, profesor, por tendernos esa trampa. Nunca le estaré lo bastante agradecido.

En la página 5 he encontrado un detalle curioso que desconocía. Comellas escribe que en 1983 aún no tenía editor para su Catálogo de Estrellas Dobles Visuales (finalmente sería Equipo Sirius quien lo publicaría) pero que lo remitiría por correo, en versión xerocopiada (que hermosa palabra ésta), a aquellos aficionados que lo solicitasen.

En fin, a mi juicio, una verdadera joya cuyo mensaje sigue vigente y que sin duda conseguirá acercar a más de un nuevo adepto a las estrellas dobles. A poco que empiecen a leer...

No, no me he olvidado, tranquilos. Podéis encontrar un pdf con el texto en Astrometría e Historia de la Astronomía (buscar la entrada: 1983, Albireo y El manual de observación de Dobles de Comellas), el blog de José Gómez Castaño, a quién agradezco profundamente el haberlo compartido con nosotros. Ad Astra.