La noche es la mitad de la vida, y la mitad mejor. Goethe



lunes, 26 de enero de 2009

LA CUMBRE DE SEVILLA

El pasado sábado 24 de enero tuvo lugar en Sevilla un emotivo encuentro entre los más destacados doblistas españoles. El motivo, realizar una visita a nuestro admirado D. José Luis Comellas en su casa del sevillano barrio de Los Remedios. La reunión, planificada y organizada por Francisco Rica desde hacía varios meses, finalmente fue viable en la fecha indicada, cuando los compromisos de los asistentes lo permitieron. Entre los objetivos, el tener la oportunidad de hablar largo y tendido sobre estrellas dobles con el profesor Comellas y de paso, como añadidura, que los visitantes se conocieran personalmente: se da la circunstancia de que, a pesar de llevar varios años trabajando juntos en muy diversos proyectos, para la mayoría aún no se había producido un encuentro en persona; es lo que tiene la comunicación electrónica, es rápida y eficaz pero, a la vez, fría e impersonal.
Hablar de José Luis Comellas es hablar de un profundo amor por la Astronomía. Se ha dicho ya hasta la saciedad, pero es bien cierto que Comellas es el referente para unas cuantas generaciones de astrónomos aficionados españoles. Sus escritos fueron y lo siguen siendo las más preciadas guías para todos los apasionados del cielo y sus secretos. Sus libros, redactados en un estilo llano, sencillo y cercano invitan a tomar los trastos y salir a observar. La ya mítica obra Guía del Firmamento, de la que se han hecho un buen montón de ediciones, constituye una especie de Biblia para el más purista observador visual. Para los dedicados a las estrellas dobles, su Catálogo de Estrellas Dobles Visuales, fue la tabla de salvación a la que pudimos agarrarnos en medio de un océano plagado de dudas y vacío de documentación. Puede afirmarse que todos los que ahora nos dedicamos al estudio de las estrellas dobles, indefectiblemente, usamos con asiduidad, yo diría con avidez, esta obra de referencia. En mi caso particular, el catálogo de Comellas fue el primer libro de Astronomía que adquirí y lo conservo como un preciado tesoro.
Por todas estas razones, el encuentro sevillano -una verdadera minicumbre de doblistas- ha supuesto algo muy especial y emotivo, pleno de ricos matices y aderezado con sentimientos de una profunda gratitud hacía el señor Comellas quien, junto a su esposa, Dª. M.ª Jesús Aguirrezábal, hicieron gala de una gran hospitalidad y cercanía abriendo su hogar de par en par.

Quien suscribe, por puros problemas logísticos y de compatibilidad de horarios en el transporte, finalmente no pudo acudir a la cita. Había puesto mucha ilusión en el viaje y el viernes por la tarde me invadió una profunda frustración ante la imposibilidad de asistir. Sin embargo, me llevé una agradable sorpresa. Sobre la una de la tarde del sábado recibí una llamada de Francisco Rica: "Edgar, hay alquien que quiere hablar contigo..." Al otro lado del teléfono pude oír la voz del profesor Comellas y durante unos minutos hablé personalmente con él. Fue un momento muy emotivo para mí y de esta manera pude sentirme, al fin y al cabo, parte viva de la reunión. Incluso Juan-Luis tomó una fotografía mientras el profesor y yo disertábamos. Además, como un recuerdo muy especial el profesor me dedicó y firmó un ejemplar de El Observador de Estrellas Dobles que en breve me harán llegar mis compañeros. Todo un detalle digno de apreciar. ¡Gracias!

A las cuatro de la tarde, contacte con mis compañeros mientras comían todos juntos y hablé un rato con ellos. En sus voces, algunas de las cuales oía también por primera vez, se apreciaba una buena dosis de euforia compartida que se me contagió enseguida. La siguiente imagen muestra a Rafael Benavides mientras conversábamos.

Invito al lector a visitar los blogs Cuadeno de observación y La Décima Esfera mantenidos por Rafael Benavides y Juan-Luis González donde se da amplia cuenta de las crónicas del viaje y de todos los detalles de una velada inolvidable. Aquí tenéis la foto "oficial" de la Cumbre de Sevilla:

De izquierda a derecha: Rafa Caballero, Francisco Rica, D. José Luis Comellas, Juan-Luis González, Francisco Rodríguez y Rafa Benavides.

Por supuesto, como ocurre con los buenos platos, habrá que repetir. A lo mejor en Valladolid ...

martes, 20 de enero de 2009

UN LIENZO EN BLANCO

Cada vez que uno toma los pinceles y se enfrenta al abismo insondable de un lienzo en blanco, un montón de sensaciones enfrentadas arrebatan el espíritu. Por un lado, se hermanan la emoción y la esperanza ante un nuevo proyecto; por otro, la nerviosa incertidumbre y la inseguridad de si uno será capaz de ir poniendo capas de color sobre la tela que logren, finalmente, armonizar para dar cuerpo a una realidad virtual en dos dimensiones y que sea agradable a la visión de los críticos de nuestro alrededor. Cada pincelada es un paso sin retorno que dará continuidad a la siguiente, estableciéndose una cadena de concepciones íntimas muy arraigadas, nuestra esencia misma, esa que nos define y señala nuestros derroteros. Cada toque de color, por nimio e insignificante, contribuirá con gran peso al balance cromático final de la obra terminada. Uno se desnuda y se muestra tal como es, sin disfraces, sin engaños, sin máscaras que puedan confundir.
Me vais a permitir que extienda el ámbito pictórico al literario. Este blog que hoy ve la luz es, análogamente, un lienzo virgen recién imprimado, listo para ser herido con las palabras. Gracias a la incomparable vorágine de Internet os haré partícipes -si así lo deseáis- de mis inquietudes, de mis vivencias, logros y proyectos, bajo el silencio hemisférico de la cúpula de un astrónomo aficionado dedicado al estudio de las estrellas dobles. Esa es mi actividad astronómica desde hace unos cuantos años y en ella, y por ella, consumo energías, tanto las físicas como las del intelecto, cuando el tiempo cronológico y el meteorológico me lo conceden.
Os preguntareis acerca del nombre de este cuaderno. Duae stellae, dos vocablos tremendamente evocadores. Con ellos se documentaron las inaugurales observaciones históricas de estrellas dobles. El latín era por aquel entonces el lenguaje más distinguido y culto y los ilustrados publicaban así los tratados de sus investigaciones científicas.
"Dec. 8, 1610. In Orionis media apparuit nubecula grandis admodu q tm non impedimto suit quin duae stellae distinguerentes". (Nicholas Claude Fabri de Peiresc (1580-1637), primer francés a quien se atribuye el uso del telescopio para observar el cielo. Observación de una estrella doble en el seno de la nebulosa de Orión).
Duae stellae, la armonía de su fonética invita a la mente a establecer de forma biunívoca, lazos de conexión intangibles pero irremediablemente ciertos. Ahora lo llamamos gravitación. Fue Sir William Herschel quién aportó (en 1802) las pruebas irrefutables de que las ecuaciones newtonianas eran literalmente universales. Todo un hito en la Historia de la Astronomía. Sin duda habrá cabida en duae stellae para reflexiones relacionadas con los aspectos históricos de la Astronomía de las Estrellas Dobles. Una historia apasionante, por cierto, y que merece, regularmente, ser rememorada. Efectivamente, estas cuestiones me atraen en gran medida y las considero un excelente complemento a la propia observación. Os haré mi primera confesión: desde hace años vengo recabando información sobre los avatares históricos de las estrellas dobles con la esperanza de que algún día esa documentación se compile en forma de libro. Sea como fuere, esta actividad, la de hurgar en viejos y polvorientos legajos, me recompensa con una agradable sensación bienestar, a la vez que es tremendamente enriquecedora. Y es que, lo queramos o no, somos como somos porque fuimos lo que fuimos. Cuando me peleo con las coordenadas para intentar llevar a mi ocular una pareja difícil y débil, no puedo por menos de evocar a aquellos primeros observadores que hacían lo propio con una instrumentación precaria. Es como si los Herschel, Struve, Dembowsky y tantos otros compartieran conmigo la noche susurrando desde su silla de observación: "sigue, un poco más al Norte y ya la tienes". Y uno se estimula y supera el cansancio, porque sabe que cuenta con unos asistentes de excepción que se derraman por cada palmo del observatorio.
Arranco en esta nueva aventura en un estado de euforia. Varias circunstancias recientes así lo han querido. Entre otras, la de ser parte implicada en un sueño hecho realidad y en el que hemos puesto el alma. Me refiero a la reciente aparición de El Observador de Estrellas Dobles, nuestro nuevo monográfico cuatrimestral sobre estrellas dobles editado en lengua castellana. Mi reconocimiento desde aquí a mis compañeros de travesía, Juan-Luis González Carballo y Rafael Benavides Palencia. Esta primera entrada va dedicada a ellos, pues ellos son los culpables de que me haya decidido a "pintar" estrellas dobles con palabras. Habrá que cubrir el lienzo...